viernes, 31 de enero de 2020

Padre Nuestro

Versión en Mateos 6, Biblia Reina Valera
Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos á nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal:
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria,
por todos los siglos. Amén.

Versión actual
"Padre Nuestro, que estás en los Cielos,
Santificado sea Tu Nombre,
Venga a nosotros Tu Reino,
Hágase Tu Voluntad,
así en la tierra como en el Cielo.
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy,
y perdona nuestras ofensas,
así como nosotros perdonamos a quiénes nos ofenden,
y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal. Amén." 

Padre Nuestro del Arameo
Está escrita en arameo, en una piedra blanca de mármol, en Jerusalén / Palestina, en el Monte de los Olivos, en la forma que era invocada por Yeshua. El arameo fue un idioma originario de la Alta Mesopotamia (siglo VI AC), y era la lengua usada por los pueblos de la región. Yeshua siempre hablaba al pueblo en arameo.
La traducción del arameo al español (sin la interferencia de la Iglesia) nos muestra cuán bella, profunda y verdadera es esta oración de Yeshua:
Padre-Madre, Respiración de la Vida ¡Fuente del sonido, Acción sin palabras, Creador del Cosmos!
Haz brillar tu luz dentro de nosotros, entre nosotros y fuera de nosotros, para que podamos hacerla útil.
Ayúdanos a seguir nuestro camino respirando tan sólo el sentimiento que emana de Ti.
Nuestro Yo, en el mismo paso, pueda estar con el Tuyo, para que caminemos como Reyes y Reinas con todas las otras criaturas.
Que tu deseo y el nuestro, sean uno sólo, en toda la Luz, así como en todas las formas, en toda existencia individual, así como en todas las comunidades.
Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros, pues, de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo.
No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas del mundo nos engañen, y nos libere de todo aquello que impide nuestro crecimiento.
No nos dejes caer en el olvido de que Tú eres el Poder y la Gloria del mundo, la Canción que se renueva de tiempo en tiempo y que todo lo embellece.
Que Tu amor esté sólo donde crecen nuestras acciones. ¡Qué así sea!
Padre Nuestro del Educador

Padre nuestro que estás en el cielo y también con nosotros. Comenzamos en tu presencia esta jornada de trabajo con espíritu fraterno porque Tú eres nuestro Padre, Tú nos acompañas en este día nuevo que nos entregas y confías, para que seamos luz en el camino de tus hijos y descubramos con ellos que tu reino está en nosotros.
Santificado sea tu nombre. Que te alaben nuestros alumnos y te bendigan al ver nuestras buenas obras; que el nombre del Padre se haga visible en la convivencia familiar de nuestra comunidad educativa.
Venga Tu Reino. El Reino cuya maduración nos confiaste a cada uno de nosotros, que nuestras aulas sean la antesala de una sociedad renovada por la convivencia en la fraternidad.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Que la descubran todos los hombres y la realicen en todas partes, que nosotros la vivamos compartiendo solidariamente las cargas.
Danos hoy nuestro pan de cada día. El pan de la mesa familiar, el pan de la verdad y de la amistad, el pan de los ideales y de los valores que le dan sentido a la vida, el pan de la responsabilidad creadora para que lo compartamos cada día con los alumnos que nos confiaste y así crezcamos con ellos hasta la madurez del hombre nuevo.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Perdónanos nuestras mediocridades y nuestras limitaciones culpables, porque con ellas empobrecemos a nuestros alumnos, perdónanos nuestros desalientos y nuestras impaciencias que nosotros comprendamos y perdonemos a nuestros alumnos, como Tú nos comprendes y nos perdonas, que aceptemos a nuestros alumnos como son, para que lleguen a ser mejores.
No nos dejes caer en tentación. De hacer de nuestra vocación una mercancía que se vende y que se compra, de dar una enseñanza comprometida con la vida, de callar por miedo cuando debemos hablar, de desalentarnos ante el peso y las dificultades de cada día, de perder la confianza en nuestros alumnos.
Y líbranos del mal. Del paternalismo que aliena y no deja crecer y del autoritarismo que domestica; líbranos del mal terrible de no amar a nuestros alumnos, porque en ellos está la esperanza de la patria y del mundo del mañana. Amén.
Sí, Padre, así lo queremos, así lo esperamos de tu bondad porque Tú también lo quieres y juntos lo haremos posible.

PADRE NUESTRO DE LA PAZ
PADRE  que miras por igual a todos tus hijos a quienes ves enfrentados
NUESTRO de todos. De los cerca de 5.000 millones de personas que poblamos la tierra,
 sea cual sea nuestra edad, color o lugar de nacimiento
QUE ESTAS EN LOS CIELOS y en la tierra, en cada hombre, en los humildes y en los que sufren.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE pero no con el estruendo de las armas 
si no con el susurro del corazón
VENGA A NOSOTROS TU REINO el de la paz, el del amor. Y aleja de nosotros los reinos de la tiranía, la explotación y el vandalismo.
HÁGASE TU VOLUNTAD siempre y en todas partes. En el cielo y en la tierra. 
Que tus deseos no sean obstaculizados por los hijos del poder.
DANOS HOY porque mañana puede ser tarde: "la guerra amenaza y algún loco puede empezarla"
NUESTRO PAN DE CADA DIA que esta amasado con paz, justicia y amor. Aleja de nosotros el pan de la cizaña que siembra envidia y división.
PERDÓNANOS no como nosotros perdonamos, sino como tu perdonas, sin dar lugar al odio.
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN  de almacenar lo que no nos distes, de acumular lo que otros necesitan, de mirar con recelo al de enfrente.
LÍBRANOS DEL MAL QUE NOS AMENAZA: de las armas, del poder, de la sociedad de consumo, de vivir montados en el gasto,
Porque somos muchos Padre, los que queremos vivir en Paz.

PADRE NUESTRO DEL DEPORTISTA 
Por Antonio Díaz Tortajada
Sacerdote-periodista

Padre nuestro que estas en el cielo
y en cada rincón de la tierra
sobre todo donde un hombre refleja
con su cuerpo y mente sana tu imagen.
Te reconocemos el Grande en el cielo
y en la tierra por todos los valores humanos
presentes en el deporte.
Te bendecimos por todos los deportistas,
por sus familias y por quienes les apoyan.
Ayúdales a sacar el mayor bien
de su talento y espíritu de equipo.
Padre nuestro que miras por igual a todos tus hijos
a quienes ves enfrentados.
jugando en el mismo estadio
que no nos aislemos en nuestro egoísmo.
Quisiéramos realzar tu nombre
viviendo deportivamente el mensaje de aquel Monte,
con limpieza de corazón,
sed de justicia, misericordia y de paz.
Que no usemos nunca la violencia
o los puños para ganar
sino las normas del reglamento
que deportivamente nos dignifican.
Venga a nosotros tu reino
que se nos da en el don del juego
que nos permite divertirnos y crecer
física y espiritualmente.
Venga a nosotros tu Reino
si de verdad Dios es nuestro rey
el de la paz y el del amor
y trabajamos para que Él reine en el estadio.
Aleja de nosotros los reinos de la violencia,
de la mentira, de la trampa y de la traición.
Hágase tu voluntad siempre y en todas partes.
En los estadios y en las canchas
que tus deseos no sean obstaculizados
por los hijos de la trampa y el cartón.
Danos el pan para vivir solo el momento presente
que esté amasado
con inteligencia y voluntad.
Aleja de nosotros el pan de la cizaña
que siembra envidia y división,
porque mañana puede ser tarde.
No nos dejes caer en la tentación
de almacenar lo que nos diste,
de acumular lo que otros necesitan,
de mirar con recelo al de enfrente.
Ayúdanos a eliminar la intolerancia
y a construir un mundo más fraterno y solidario;
un deporte que contribuya a hacer que se ame la vida
y que eduque para el sacrificio,
el respeto y la responsabilidad,
llevando a una plena valorización
de toda persona humana.
Que estemos dispuestos a pedir perdón
por lo que en el mundo del deporte
se ha hecho o se ha omitido.
Y que nuestra mirada
siempre esté en el triunfo definitivo
donde fundamos nuestra esperanza. Amén 

PADRE NUESTRO DEL EDUCADOR

Padre nuestro que estás en el cielo y también con nosotros. Comenzamos en tu presencia esta jornada de trabajo con espíritu fraterno porque Tú eres nuestro Padre, Tú nos acompañas en este día nuevo que nos entregas y confías, para que seamos luz en el camino de tus hijos y descubramos con ellos que tu reino está en nosotros.

Santificado sea tu nombre. Que te alaben nuestros alumnos y te bendigan al ver nuestras buenas obras; que el nombre del Padre se haga visible en la convivencia familiar de nuestra comunidad educativa.

 Venga Tu Reino. El Reino cuya maduración nos confiaste a cada uno de nosotros, que nuestras aulas sean la antesala de una sociedad renovada por la convivencia en la fraternidad.

 Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Que la descubran todos los hombres y la realicen en todas partes, que nosotros la vivamos compartiendo solidariamente las cargas.

Danos hoy nuestro pan de cada día. El pan de la mesa familiar, el pan de la verdad y de la amistad, el pan de los ideales y de los valores que le dan sentido a la vida, el pan de la responsabilidad creadora para que lo compartamos cada día con los alumnos que nos confiaste y así crezcamos con ellos hasta la madurez del hombre nuevo.

Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Perdónanos nuestras mediocridades y nuestras limitaciones culpables, porque con ellas empobrecemos a nuestros alumnos, perdónanos nuestros desalientos y nuestras impaciencias que nosotros comprendamos y perdonemos a nuestros alumnos, como Tú nos comprendes y nos perdonas, que aceptemos a nuestros alumnos como son, para que lleguen a ser mejores.

 No nos dejes caer en tentación. De hacer de nuestra vocación una mercancía que se vende y que se compra, de dar una enseñanza comprometida con la vida, de callar por miedo cuando debemos hablar, de desalentarnos ante el peso y las dificultades de cada día, de perder la confianza en nuestros alumnos.

 Y líbranos del mal. Del paternalismo que aliena y no deja crecer y del autoritarismo que domestica; líbranos del mal terrible de no amar a nuestros alumnos, porque en ellos está la esperanza de la patria y del mundo del mañana. Amén.

 Sí, Padre, así lo queremos, así lo esperamos de tu bondad porque Tú también lo quieres y juntos lo haremos posible.


SIGNIFICADO METAFISICO DEL PADRE NUESTRO

https://youtu.be/QK9U4toFcYU

Fuente: Libros, internet.


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